La alimentación en un país o continente en este caso, depende del clima, la herencia cultural y donde está situado ya que se basa en su gastronomía. Europa concretamente tiene una gastronomía bastante variada en la que cuenta con una gran variedad de recetas, que pueden repetirse en diferentes países.
Para obtener una referencia de los alimentos que más predominan en las diferentes regiones europeas hay que hacer una comparación basándose en la geografía y la facilidad de obtener cada alimento. Por ello, basándose en las distintas regiones geográficas, en el sur la disponibilidad de frutas y vegetales es mayor, especialmente en Chipre y Grecia, pero no destacan tanto España y Portugal. En la Europa central y del este predominan los cereales y las patatas. En el norte hay una mayor disponibilidad de lácteos, siendo la mayor de Europa sin contabilizar el queso ya que hay cifras similares en diferentes regiones. En las regiones del sur, norte, central, este y norte de Europa es muy similar la accesibilidad de la carne y los productos cárnicos. La disponibilidad de pescados y mariscos es mayor en las regiones del sur, seguidas por las del norte, habiendo un consumo significativamente menor en las zonas este, oeste y central. En el sur se emplean también una mayor cantidad de grasas añadidas generalmente de origen vegetal.
A la par que la disponibilidad de alimentos ha ido aumentando, lo ha hecho también la energía que aporta la dieta por persona y día siendo la media europea superior a 3.500kcal por persona. Esto ha enriquecido la dieta de los países del sur y de la zona central y este en alimentos de origen animal. En la actualidad dejan de notarse diferencias entre regiones con el consumo de carnes y lácteos. El consumo de frutas, verduras y hortalizas ha ido mejorando en los últimos años, aunque sigue habiendo una baja ingesta a nivel individual de vegetales y frutas. Esta mejora se debe a la mayor disponibilidad de estas en todos los países europeos con un predominio persistente en las regiones mediterráneas.
El aporte de proteínas no se ha modificado significativamente en los últimos 40 años, pero si lo ha hecho el aporte de grasa y el de carbohidratos, transformándose en una dieta cada vez menos hidrocarbonada en todos los países en general y especialmente en los del mediterráneo. El consumo de azucares es menor en los países del mediterráneo que en otros países europeos como Francia o Alemania. El aporte de fibra de las dietas es suficiente y mayor en el mediterráneo.
En los países mediterráneos destaca el consumo de grasas monoinsaturadas provocado principalmente por el consumo de aceites vegetales destacando el aceite de oliva. Las dietas europeas se han enriquecido también en ácidos grasoso poliinsaturados. Francia es el país con mayor consumo de grasas saturadas y colesterol por su dieta, sin embargo ningún país europeo consigue un consumo de colesterol y grasas saturadas por debajo del máximo recomendable. Las dietas en Europa aportan generalmente una cantidad suficiente de vitaminas y minerales, a excepción de la vitamina D y en al caso de las mujeres de calcio, magnesio y hierro.
La dieta europea ha evolucionado de forma que aporta más energía y su densidad energética es mayor. También aporta más grasa, contiene además demasiada grasa saturada y colesterol aunque aporta más ácidos grasos poliinsaturados y la calidad de la grasa va mejorando. Es una dieta con demasiada sal que aporta más azucares y más frutas, verduras y hortalizas. En las zonas europeas hay diferentes tendencias, de forma que en el norte de Europa las dietas van mejorando rápidamente hacia modelos dietéticos saludables. Sin embargo en el sur y el este empeoran, alejándose de los modelos dietéticos prudentes.
Bibliografía:
https://www.infoalimentacion.com/documentos/patrones_dieta_actual_mundo_mediterraneo.asp
https://sites.google.com/site/unmundodedicadoalagastronomia/home/gastronomia-europea
https://elpais.com/internacional/2019/10/02/sonar_europe/1570032274_843872.html
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